El sábado hice algo y me dormí.
El domingo llegó la consecuencia.
Y no hice nada, no sabía que hacer con eso en plena luz del día. En plena luz del día no me pesa.
Y hoy sí hice algo.
Por qué? No sé. Posta.
Porque ahí no hay nada. Y no lo digo triste, ya casi que estoy acostumbrada.
Defino la nada: "reciprocidad" (y no de la linda), respuestas omitidas... nada.
En fin, solo acepto que puede llegar a pasar otra vez. Y vivo con eso. Y me lo permito.
Le hablé al espejo, pero solo me reí. Me sentí ridícula.
Zapatos no me puse, hacía mucho frío. Mañana me doy otra chance. Veremos.
Creo que eso califica como paciencia, esa que supuestamente tengo con el resto y no conmigo.
Y es lunes a la noche, hoy más chota que la noche de ayer, el cliché dominguero.
ps: sisis, ayer navegaba...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
hola? hola?!! no oigo, mejor escribíte algo!